Cochasquí | ||
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Ubicación | ||
Continente | América del Sur | |
Región | Cordillera de los Andes | |
Macizo | Volcán Mojanda | |
País | Ecuador | |
Provincia | Pichincha | |
Cantón | Pedro Moncayo | |
Parroquia | Tocachi | |
Coordenadas | 0°03′18″N 78°18′15″O / 0.05505556, -78.30408333 | |
Historia | ||
Tipo | Sitio de pirámides truncas | |
Uso original | Centro ceremonial | |
Época | Período de Integración | |
Cultura | Caranqui | |
Construcción | 1250-1550 d.C. | |
Descubrimiento y hallazgos | ||
Arqueólogos |
Max Uhle Udo Oberem | |
Gestión | ||
Gestión | Parque arqueológico Cochasquí | |
Acceso público | Acceso público | |
Dimensiones del sitio | ||
Área | 83.9 ha | |
Altura | 3 100 m.s.n.m | |
Mapa de localización | ||
Cochasquí es un sitio arqueológico ubicado en la Sierra norte del Ecuador (provincia de Pichincha), en las faldas del volcán Mojanda, 52 km al norte de la ciudad de Quito.[1] El complejo destaca por las 15 pirámides truncas con rampas y al menos 15 montículos que lo conforman, se cree que estas pirámides habrían servido como templos para realizar toda clase de ceremonias. Fue construido por la cultura Caranqui durante el período de Integración, entre el 1250 y el 1550 d.C. En el pasado habría existido un poblado al rededor del complejo.[2]
Existen varios sitios con montículos y pirámides truncas en la Sierra norte del Ecuador que datan del mismo período,[2] pero Cochasquí destaca por la cantidad y el tamaño de sus pirámides.
Etimología
El nombre Cochasquí proviene de la legua Tsafiki,[1]y se forma a partir de la palabra cocha, que significa lago, y la partícula qui, que significa ‘mitad’. Se podría traducir como ‘lago del medio’ [cita requerida] o ‘agua del frente de la mitad’.[1]
Historia
La ocupación humana del sitio comenzó aproximadamente al rededor del año 950 d.C., cuando se asentaron los primeros pobladores del lugar, estos fueron los arqueólogos los llamaron los Cochasquí I. Estos primero habitantes del sitio no construyeron ni pirámides ni montículos. Sin embargo, al rededor del año 1250 d.C. se inició la fase Cochasquí II, este nuevo período en la historia del sitio se caracterizó por la construcción de los monumentos, y duró aproximadamente hasta el 1550 d.C.[3]Parece que no todas las pirámides se construyeron al mismo tiempo, e incluso parece que algunas fueron cubiertas por ampliaciones.[2]
Hacia finales del período prehispánico, los Incas conquistaron la región. Su influencia en cochasquí ha sido demostrada mediante el hallazgo de cerámica incaica en el sitio. Con la conquista incaica, Cochasquí se convirtió tambo importante, es decir una posada que daba resguardo a los viajeros que recorrían el camino del Inca. Se ha especulado sobre la posibilidad de que indígenas de Cochasquí hubieran sido deportados a la región de Cajamarca, en el Perú, en calidad de mitimaes, y de que igualmente, indígenas cajamarquinos hubieran sido traídos a Cochasquí.[2]
Las primeras referencias escritas sobre Cochasquí aparecen en 1538, con la conquista española. Sin embargo, parece que en aquel tiempo el nombre no hacía referencia a un sitio en concreto, sino a todo el volcán que hoy en día es conocido como Mojanda. Para 1561, Cochasquí fue encomendado a don Antón Diez, quien además tenía las encomiendas de Patate, Píllaro, Tanta y Tulcán. Se sabe también que el cacique de Cohcasquí en aquel tiempo era don Alonso Andaparinango. En las décadas que prosiguieron, los pobladores de Cochasquí fueron lentamente trasladandoce a asentamientos vecinos, como Malchinguí, Tocachi y Cotacachi. En 1655 el español don Manuel Freire estableció el mayorazgo de la hacienda Cochasquí, la cual permaneció en manos de su familia hasta la independencia de España.[2]
En los 1700s, la misión geodésica francesa, que buscaba medir la circunferencia de la tierra, utilizó Cochasquí como un punto clave para las mediciones de observaciones astronómicas. El astrónomo Pierre Bouguer señaló haber realizado sus mediciones desde la cima de una de las pirámides el 20 de marzo de 1740.[4]
Ya durante la época republicana es cuando empezó a surgir interés en Cochasquí por su valor arqueológico. En el año de 1932 se realiza por primera vez una excavación arqueológica en el sitio, financiada por el historiador y arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y Caamaño. La persona escogida para dirigir esta primera excavación fue el renombrado arqueólogo alemán Max Uhle, quien tenía 76 años para aquel entonces. Cochasquí fue el último de los muchos sitios que este último excavaría en el Ecuador. Para cuando Uhle llegó al sitio, la pirámide G había sido gravemente destruida por saqueadores, los efectos de esta intervención todavía se pueden ver hoy en día. [5]
Entre 1964 y 1965 un grupo de investigadores de la Unviersidad de Bonn continuaron las excavaciones iniciadas por Uhle. Este grupo estuvo compuesto por Roswith Hartmann, Wolfgang W. Wurster, Jürgen Wentscher, el colombiano Julio César Cubillos y entre otros, cabe destacar el papel de Udo Oberem, el líder de la expedición. Estos investigadores fueron conocidos como el Grupo Ecuador.[6]
Descripción
El complejo de Cochasquí cuenta con 15 pirámides truncas y 21 montículos[1] hechos de tierra y cangahua. Esta clase de construcciones son comúnmente llamadas tolas.
Pirámides truncas
Las llamadas pirámides truncas consisten en estructuras rectangulares. Al contrario que una pirámide común, estas estructuras no acaban en punta, sino que su elevación es interrumpida para formar una plataforma igualmente rectangular, por esto son conocidas como pirámides truncas. Nueve de estas 15 pirámides cuentan con una alargada rampa que se levanta desde el suelo y gradualmente haciende hasta la cúspide de la pirámide, dando así acceso a la plataforma. Estas rampas les dan una forma de T a las pirámides cuando son vistas desde arriba.[2]
El principal material utilizado en la construcción de estas pirámides es la tierra, que se usó como material de relleno. Sin embargo se utilizaron bloques de canguahua para construir muros de contención que evitaran el deslizamiento de la tierra.[2] La cangahua es un tipo de roca blanda de origen volcánico, parecida a la toba,[7]la cual es muy común en el entorno.[cita requerida] Las pirámides cuentan con muros de contención internos distribuidos de manera aparentemente desordenada, estos fueron construidos con bloques rectangulares y poligonales. Los lados de las pirámides fueron recubiertos con graderías de bloques rectangulares de cangahua que permitieron mantener declives muy inclinados, entre los 20 y 35 grados de pendiente. Sin embargo, parece que estos escalones estuvieron cubiertos originalmente.[2]
Excavaciones en la plataforma de la pirámide E lograron encontrar los cimientos de dos estructuras, estos consistían en planchas circulares de barro quemado hasta tener la consistencia del ladrillo. Solo una de estas tenían un buen estado de conservación. En el interior de esta última habían dos canales excavados precisamente, estos no se hallaban paralelos, sino que formaban un ángulo. Uno de los canales contaba con tres piedras cónicas empotradas en su interior. Una maqueta arquitectónica de la cultura Caranqui que representa una de estas pirámides por suerte ha logrado sobrevivir hasta nuestros días, esta nos permite tener una idea de que apariencia habrían tenido estas estructuras construidas sobre las plataformas piramidales. Esta maqueta muestra la plataforma de la pirámide totalmente rodeada de muros.[2]
Se cree que estas pirámides habrían servido como templos para realizar rituales y ceremonias. Se puede deducir que estas tendrían una parte pública, que se realizaría en los exteriores de la pirámide y sería visible para el público, posiblemente esta incluyera realizar procesiones a través de la rampas para subir a la pirámide y entrar a las estructuras interiores. Allí se procedería con una parte más privada de la ceremonia, ya que lo que ocurriera en el interior de estas estructuras no sería visible para el público.[4]
Montículos
Existen al rededor de 15 montículos circulares ubicados al sur del complejo de pirámides. Aunque se cree que en el pasado habrían existido más montículos, varios de estos han sido ubicados mediante fotografías aéreas. Algunos de estos montículos habrían sido monumentos funerarios. En el montículo "a" por ejemplo, se encontró el esqueleto de una mujer acompañado de otros 7 cráneos humanos deformados y tres vasijas a modo de ofrendas. En el montículo "n" se encontró un pozo funerario de 3 metros de profundidad, a pesar de que el esqueleto de esta tumba no se preservó, si se encontraron varias vasijas y un mortero de piedra a modo de ofrenda. En los montículos "h" y "x" por otro lado, no se encontró ni restos humanos ni ofrendas de ningún tipo.[2]Al contrario de la creencia popular, ninguno de estos montículos contenía oro ni metales preciosos.
Véase también
Referencias
- ↑ a b c d Ministerio de Turismo (20 de septiembre de 2013). «Parque Arqueológico Cochasquí, la evidencia más importante de la civilización pre-Inca» (web). Quito - Ecuador. Consultado el 9 de marzo de 2022.
- ↑ a b c d e f g h i j Moreno Yánez, Segundo E. (1981). «Una evaluación de los aportes de las investigaciones arqueológicas en Cochasquí». En Oberem, Udo, ed. Cochasquí: Estudios arqueológicos (Instituto Otavaleño de Antropología): 11-38. Consultado el 11-01-2025.
- ↑ Ugalde, 2015, p. 48.
- ↑ a b Scott Hechler, Ryan; Pratt, Will; Chávez Chuquimarca, Andrea E. (2022). «Cochasquí, 1532 a 1932: 400 años de resiliencia histórica». Boletín de la Academia Nacional de la Historia C (208-A): 179-214. Consultado el 11-01-2025.
- ↑ Ugalde, 2015, pp. 33-35.
- ↑ Ugalde, 2015, p. 40.
- ↑ Palacios-Orejuela, Iván; Ushiña-Huera, Dennis; Carrera-Villacrés, David (2018). «Identificación de Cangahuas para su recuperación mediante estudio multicriterio y constatación in situ en comunas del volcán Ilaló». Congreso de Ciencia y Tecnología 13 (1): 9-12. doi:10.24133/cctespe.v13i1.649. Consultado el 11-01-2025.
Bibliografía
- Ugalde, María Fernanda (2015). Cochasquí revisitado: Historiografía, Investigaciones Recientes y Perspectivas. ISBN 978-9942-07-929-9.