Antiguamente, llamaban los médicos agua de mil flores al orín de las vacas que habían sido alimentadas con plantas en flor y que se utilizaba con fines terapéuticos. El mismo nombre se daba a la boñiga destilada de la vaca.
Se consideraba que el agua de mil flores era purgativa y evacuaba las serosidades sin causar dolores de vientre. También existía el llamado rosolí de mil flores para cuya destilación se utilizaba multitud de boñigas de vaca.
Referencias
- Esteban Terreros y Pando ((S.I.)) (1787). Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina é italiana: E-O. en la imprenta de la Viuda de Ibarra, Hijos y Compañia. pp. 585-.
- Manuel Blasco (1815). El Amante de los labradores, ó, Tratado de las grandes ventajas que los labradores en particular y el Estado en general pueden sacar del ganado vacuno .... en la Imprenta de Dorca. pp. 161-.