Una vez más se coronó al mejor futbolista de Sudamérica y al mejor entrenador del continente, así como también al equipo ideal del año, también se hizo la elección del mejor jugador y entrenador a nivel mundial con presencia de periodistas europeos.[1][2][3]
Marcelo Salas se quedó con el título de Rey de América, siendo el segundo chileno en lograrlo tras Elías Figueroa.
Con el logro del Matador, River Plate se convirtió en el equipo cuyos jugadores obtuvieron más veces el premio al Rey de América, siendo esta la cuarta ocasión tras los logros de Alzamendi en 1986 y Francescoli en 1984 y 1995.