Este sitio está integrado por un conjunto de 30 tumbas, agrupadas o aisladas, que datan de la época del Reino de Koguryo. El territorio de este reino, que fue uno de los más poderosos de la región entre los siglos III a. C. y VII a.C., se extendió por el nordeste de China y la mitad de la península coreana. Las tumbas son prácticamente los únicos vestigios de esta cultura y algunas de ellas poseen magníficas pinturas murales. De las 10.000 sepulturas del periodo koguryo descubiertas en China y Corea hasta la fecha, solamente 90 poseen pinturas murales. La mitad de las tumbas decoradas se hallan en este sitio y se cree que fueron construidas para albergar los despojos mortales de los soberanos, miembros de la familia real y personajes de la aristocracia koguryo. Las pinturas murales representan un testimonio excepcional de la vida cotidiana de la época. (UNESCO/BPI)[1]
Situado en la zona urbana de Kaesong, al sur del país, este sitio está compuesto por 12 componentes separados que, en su conjunto, constituyen un testimonio de la historia y la cultura de la Dinastía de Koryo (siglos X-XIV). El trazado geomántico de la antigua capital dinástica, Kaesong, así como sus palacios, instituciones, conjuntos funerarios, murallas defensivas y puertas, encarnan los valores políticos, culturales y filosóficos de una época crucial para la historia de la región. Entre los monumentos inscritos figura un observatorio astronómico y meteorológico, dos escuelas (incluida la que se dedicaba a formar a los funcionarios del país) y diversas estelas conmemorativas. El sitio constituye también un testimonio de la transición del budismo al neoconfucianismo en el Asia Oriental, así como de la asimilación de los valores espirituales, culturales y políticos de los Estados que existían antes de la unificación llevada a cabo por la Dinastía Koryo. La fusión de los principios budistas, confucianos, taoístas y geománticos la patentizan tanto el planeamiento del sitio como la arquitectura de sus monumentos. (UNESCO/BPI)[2]
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Corea del Norte, cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 25 de mayo del 2000,[3] ha presentado los siguientes sitios:
El “arirang” es un canto lírico popular que se recrea y transmite oralmente. Sigue conservando sus múltiples formas tradicionales y también es objeto de arreglos para música sinfónica y moderna. Su melodía suave y lírica va acompañada del estribillo “Arirang, arirang, arariyo, vas a la colina de Arirang”, y sus temas son la separación y el encuentro, las penas y alegrías, y la felicidad. Existen diferentes categorías de “arirang”, según la letra y melodía utilizadas, y las treinta y seis variantes registradas evolucionan continuamente. Este canto se interpreta en ocasiones muy diversas, tanto en el seno de las familias, círculos de amigos y comunidades, como en actos públicos y festividades. Los niños lo aprenden de sus padres y vecinos, o en la escuela y otros contextos. En Pyongyang hay grupos de artistas profesionales que interpretan diversas variantes del “arirang”, y por doquier existen asociaciones de salvaguardia que desempeñan un papel importante en la ejecución, preservación y transmisión de las versiones locales de esta expresión cultural. El “arirang” fortalece los vínculos sociales y, por consiguiente, contribuye a fomentar el respeto mutuo y el desarrollo social pacífico, sirviendo al pueblo coreano de vector para expresar sus sentimientos y aliviar sus penas. Importante símbolo de unidad cultural y motivo de orgullo para los coreanos, este canto ocupa un puesto en las artes escénicas, el cine, la literatura y otras producciones artísticas contemporáneas. (UNESCO/BPI)
El kimchi es una preparación culinaria confeccionada a base de diferentes verduras y hortalizas, o plantas silvestres, que se sazonan con especias, frutas, carne, pescado o mariscos fermentados antes de que sufran una fermentación láctica. La preparación tradicional del kimchi tiene centenares de variantes. Se sirve como plato de acompañamiento en las comidas ordinarias y también con motivo de la celebración de diversos acontecimientos: bodas, días festivos, cumpleaños, ceremonias conmemorativas y banquetes oficiales. Aunque las recetas e ingredientes de este plato varían en función de las diferentes condiciones climáticas y de los diversos gustos y usos de las familias, su preparación es una costumbre extendida por todo el país. Las modalidades de preparación del kimchi se transmiten esencialmente de madres a hijas, de suegras a nueras, o entre amas de casa oralmente. Los conocimientos y prácticas relacionados con el kimchi se transmiten también entre vecinos, parientes y colegas de trabajo, que comparten e intercambian recetas y productos con vistas a la preparación de importantes reservas de este manjar para los meses de invierno. Esta actividad de intercambio, denominada kimjang, fomenta la cooperación entre las aldeas, comunidades y familias, contribuyendo así a la cohesión social. La preparación del kimchi inspira a los depositarios de esta tradición culinaria un sentimiento de satisfacción y autoestima, y también les infunde un respeto por el medio ambiente que les induce a vivir en armonía con la naturaleza. (UNESCO/BPI)