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Elecciones generales de 1896 401 escaños en el Congreso de los Diputados | |||||||||||
Fecha | 12 de abril de 1896 | ||||||||||
Tipo | Legislativa | ||||||||||
Resultados | |||||||||||
Antonio Cánovas – Conservador | |||||||||||
Escaños obtenidos | 284 221 | ||||||||||
70.82 % | |||||||||||
Práxedes Mateo Sagasta – Liberal | |||||||||||
Escaños obtenidos | 98 183 | ||||||||||
24.44 % | |||||||||||
Otros partidos | |||||||||||
Escaños obtenidos | 19 38 | ||||||||||
4.74 % | |||||||||||
Presidente del Consejo de Ministros | |||||||||||
Las Elecciones Generales de 12 de abril de 1896 en España fueron convocadas en la minoría de edad de Alfonso XIII, siendo regente su madre María Cristina de Habsburgo-Lorena. Su base legal fue la Constitución española de 1876, vigente hasta 1923 en la conocida como Restauración borbónica en España.
Como sucedió en todas las elecciones durante la restauración borbónica en España en estas el resultado estuvo determinado de antemano («encasillado») gracias al sistemático fraude electoral realizado mediante la red caciquil extendida por todo el territorio. En estas elecciones, como en el resto, el gobierno que las convocó las ganó, ya que en el régimen político de la Restauración los gobiernos cambiaban antes de las elecciones y no después como sucedía en los regímenes parlamentarios (no fraudulentos).[1][2][3]
Antecedentes
En base al Pacto de El Pardo de 24 de noviembre de 1885 queda instituido el sistema de turnos pacíficos en ejercicio del poder entre liberales y conservadores, que consolidó la Restauración hasta finales del siglo XIX y principios del XX.
El 26 de junio de 1890 el gobierno liberal-fusionista reimplanta oficialmente el sufragio masculino en el sistema electoral.
El 17 de marzo de 1895 cae el gobierno de Sagasta como consecuencia del asalto a las oficinas de los periódicos El Resumen y El Globo que criticaron los destinos militares de Cuba.
El 23 de marzo los conservadores de Cánovas forman gobierno.
Características
El 26 de febrero de 1896 siguiendo el proceso de normalización conforme a lo pactado entre las principales fuerzas políticas, se procedió a la disolución de las Cámaras y a la convocatoria de elecciones legislativas.
Se desconoce el número de votantes para estas elecciones, todos varones mayores de 25 años de edad (sufragio universal masculino). Se eligieron 401 diputados el día 12 de abril de 1896.[4]
Resultados
Desconocemos los datos de la abstención y como era costumbre de la época se presupone una ostensible manipulación, con victoria de los grupos liberales dinásticos, en este caso conservadores, obteniendo la necesaria mayoría para el ejercicio del gobierno: 274 escaños.
Fracción | Diputados |
---|---|
Conservadores y adictos | 274 |
Liberales | 88 |
Silvelistas | 10 |
Carlistas | 8 |
Independientes | 1 |
Republicanos | 1 |
No identificados | 19 |
Referencias
- ↑ Montero, Feliciano (1997). «La Restauración (1875-1885)». En Feliciano Montero; Javier Tusell, eds. La Restauración. De la Regencia a Alfonso XIII. Volumen XI. Historia de España-Espasa. Madrid: Espasa Calpe. p. 57. ISBN 84-239-8959-3. «El rey era el que de hecho, mediante el decreto de disolución de Cortes, concedido a la persona designada para formar gobierno, posibilitaba el ascenso o el descenso del poder a los distintos líderes y formaciones políticas. Por su supuesto, al hacerlo no actuaba caprichosamente, sino de acuerdo con unas reglas del juego… Pero en todo caso esta forma de acceso [al poder] subvertía la lógica de una práctica parlamentaria. No eran las Cortes las que provocaban crisis políticas y hacían cambiar gobiernos, pues cada partido gobernante se fabricaba una mayoría parlamentaria suficiente, mediante elecciones fraudulentas. Las crisis ministeriales parciales o totales, las alternativas en el ejercicio del poder (el turno), se decidían entre las altas esferas políticas (la elite) al margen del Parlamento, sobre la base de la iniciativa monárquica...»
- ↑ Romero Salvador, Carmelo (2021). Caciques y caciquismo en España (1834-2020). Prólogo de Ramón Villares. Madrid: Los Libros de la Catarata. pp. 72. ISBN 978-84-1352-212-8. «Lo que en mayor medida distingue al caso español… [es] el hecho de que la acción gubernamental determinó que el partido que convocaba las elecciones las ganara siempre, y que ello quedase normalizado e institucionalizado a raíz del pacto entre los dos partidos mayoritarios que, desde 1881 y durante más de cuarenta años, decidieron alternarse en el poder.»
- ↑ Varela Ortega, José (2001) [1977]. Los amigos políticos. Partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración (1875-1900). Prólogo de Raymond Carr. Madrid: Marcial Pons. p. 493. ISBN 84-7846-993-1. «Era el gobierno el que fabricaba las Cortes, no al contrario; y quien hacía las elecciones nunca las perdía.»
- ↑ Además de los 16 de Puerto Rico y los 30 de Cuba.
Véase también
Predecesor: Elecciones de 5 de marzo de 1893 |
Elecciones Generales en España 1896 - 1898 |
Sucesor: Elecciones de 27 de marzo de 1898 |