Entra en contacto con los hermanos Álvarez Quintero, de los que le nombran secretario. Tras algunos intentos, llega su consagración en 1918 con el entremés, Te lo debo Santa Rita, estrenado en el Teatro Apolo.
Desde esa fecha hasta el comienzo de la guerra civil, su actividad es incansable. Sus obras son en general, comedias en tres actos, muy influidas por el teatro de los hermanos Álvarez Quintero, con un elemento andaluz cómico muy importante.
Su teatro, cómico costumbrista, gozó de éxito y popularidad durante el primer tercio del siglo XX. Este teatro, tuvo efectos de desintoxicación del lenguaje hinchado de Echegaray, pero su realismo es burgués, buscando entretener, y no manifestar la realidad social.
La realidad andaluza que muestra en sus obras es ficticia. Amos y empleados tienen una relación pacífica y alegre. Los criados hablan en andaluz, mientras que los amos hablan en perfecto castellano, propuesto como modelo para las clases altas.