En varias mitologías asiáticas, especialmente en China, Corea y Japón, el zorro de nueve colas (chino: 九尾狐 pinyin: Jiǔwěihú, japonés: 九尾狐 kitsune, coreano: 구미호 Gumiho) es una criatura mitológica que aparece en muchas culturas del Asia Oriental.
En la mitología japonesa, los kyūbi no kitsune (九尾の狐 "zorros de nueve colas") son zorros que tienen mil años de edad. Físicamente, los kitsune sobresalen por su cantidad de colas, pues llegan a tener hasta nueve. Generalmente, un gran número de colas distingue a un zorro más longevo y más poderoso; de hecho, algunas narraciones populares mencionan que un zorro adquirirá colas adicionales cuando haya alcanzado los mil años. En las historias son comunes los kitsune de una, cinco, siete y nueve colas. Cuando un kitsune obtiene su novena cola, su pelaje se vuelve blanco o dorado. Los kitsune tienen la habilidad de ver y oír cualquier suceso que ocurra en el mundo. Otras historias le atribuyen sabiduría infinita, esencialmente omnisciente, además de los poderes tradicionales de los kitsune.
Las historias folclóricas chinas relatan acerca del huli jing, un espíritu de zorro parecido al kitsune y que posee 9 colas. En Corea existe el kumiho (zorro de nueve colas), una criatura mitológica que llegaba a vivir los mil años. Existen diferencias, como por ejemplo el kumiho es visto como un ser maligno, opuesto a su contraparte japonesa.
Versión japonesa
Muchos Kitsune son famosos en Japón por ser figuras traviesas pero sabias y que aconsejan a los hombres pero juegan travesuras a los viajeros y las Miko o sacerdotisas de los templos. Un kitsune muy famoso del folclor japonés es Tamamo-no-Mae.
Las historias de Tamamo-no-Mae se escribieron y se recogieron en el Otogizōshi del período Muromachi, y también fueron mencionadas por Toriyama Sekien en el Konjaku Hyakki Shui.
Tamamo-no-Mae era una cortesana japonesa bajo el mando del Emperador Konoe. Ella era una mujer muy bella e inteligente, quien debilitó la salud del emperador. Fue perseguida por Abe no Yasuchika, que había sido llamado a diagnosticar la causa de la mala salud del emperador. Abe no Yasuchika descubrió la verdadera naturaleza de Tamamo-no-Mae. Unos años más tarde, en la zona de Nasu, el zorro de nueve colas fue visto por matar y comerse a las mujeres y los viajeros. El Emperador Konoe envió a Kazusa-no-suke y Miura-no suke, fueron reclutados 10,000 soldados para matar al zorro de 9 colas. Estos dispararon flechas contra ella atravesando el cuello y corazón del zorro. Su espíritu se dice fue sellado en una roca que mata a todo aquel que la toque. Algunos registros relacionan la historia de Tamamo-no-Mae con una de las múltiples formas de la deidad Amaterasu.
Pintura de Hokusai
En la historia contada por Hokusai, creada en el periodo Edo, el zorro de nueve colas que poseyera a Daji no murió, sino que huyó a Magadha de Tianzhu (la antigua India). Allí, se convirtió en la concubina de un príncipe, provocando que cortase la cabeza de 1000 hombres. Fue derrotado de nuevo, y huyó del país.
Alrededor de 780 a. C., el mismo zorro se decía que poseyó a Baosi (véase más arriba) y de nuevo perseguido por las fuerzas militares humanas. El zorro permaneció en silencio durante un cierto período. En el año 753, el zorro tomó la forma de una niña de 16 años llamada Wakamo, que engañó a Kibi Makibi, Abe no Nakamaro y Jianzhen, y subió a la nave de la décima Misión Japonesa contra la China Tang cuando estaba a punto de regresar a Japón. En 1113, Sakabe Yukitsuna (坂部行纲), un samurái sin familia, recogió una niña abandonada Mizukume (藻女 mujer de algas), que en realidad era el zorro de nueve colas transformado, y la crio durante 17 años. A la edad de 18 años se cambió el nombre a Tamamo-no-Mae, entró en el palacio, engañando al emperador Konoe (ver arriba).