María Ignacia Rodríguez de Velasco Osorio Barba y Bello Pereyra | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra | |
Otros nombres | La Güera Rodríguez | |
Nacimiento |
20 de noviembre de 1778 si Ciudad de México, Nueva España | |
Fallecimiento |
1 de noviembre de 1850 (71 años) Ciudad de México, México | |
Nacionalidad |
Mexicana Novohispana (antes de 1821) | |
Religión | Católica | |
Familia | ||
Padres |
Antonio Rodríguez de Velasco y María Ignacia Osorio Barba y Bello Pereyra | |
Cónyuge |
José Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil Mariano Briones Manuel de Elizalde | |
Hijos |
Jerónimo María Josefa María de la Paz María Antonia | |
Información profesional | ||
Ocupación | Activista independentista | |
Conocida por | Apoyó el incrementar la población para la independencia | |
María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, más conocida como María Ignacia Rodríguez de Velasco o simplemente como la Güera Rodríguez (20 de noviembre de 1778, Ciudad de México, Nueva España - 1 de noviembre de 1850, Ciudad de México, México) hija de criollos, quien figuró en la sociedad colonial mexicana por brindar su apoyo a la Independencia de México , fue una mujer popular de la época por su inteligencia, carácter fuerte y belleza, se convirtió en una mujer notable y destacada en la aristocracia novohispana, además de haber sido una de las heroínas nacionales menos conocidas. Muy probablemente porque rompía con los estereotipos de la mujer novohispana. Lamentablemente, algunos escritores como Artemio de Valle Arizpe y Romeo Hernández Mendoza, entre otros, hacen énfasis en sus biografías a sus amoríos y amistad con personajes muy conocidos en la historia. Al poseer una belleza incomparable, se piensa que el famoso artista Manuel Tolsá esculpió la Virgen de La Profesa, inspirándose en ella, siendo la única pintura realizada de su rostro.
Debido a su cercanía con el mundo de los hombres, la Güera Rodríguez terminó por ser estigmatizada como una mujer frívola que sedujo a insurgentes, virreyes y otros personajes históricos. Ejemplo de ello, es que fue considerada como un personaje emblemático de la Independencia, por mantener una relación amorosa con Agustín de Iturbide futuro emperador de México e impulsarlo a que llevara a cabo, y completara, la «libertad mexicana». Así mismo, mantuvo una relación con el libertador Simón Bolívar y con el explorador y naturalista alemán Alexander Von Humboldt.
Se conocen pocos aspectos sobre su vida y su papel en los hechos históricos de México. Sin embargo, el escritor Guillermo Barba, que busca reivindicar la imagen de la que puede ser considerada la primera feminista en México, comenta:
“La Güera fue libre de cuerpo, pero también de mente. Tuvo dos estigmas: el primero, conseguir su propia libertad como mujer, y el segundo, la libertad de su patria. Ambas las consiguió a pesar de que tenía familia y de haber puesto en riesgo su riqueza. Desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821 se mantuvo viuda, fue madre de cinco hijos, arriesgó su vida, se enfrentó a la Inquisición y conspiró para alcanzar el sueño libertario.”[1]
Biografía
Nació en la Ciudad de México el 20 de noviembre de 1778, hija del matrimonio entre Antonio Rodríguez de Velasco (1747-1810) Regidor perpetuo de la Ciudad de México y María Ignacia Osorio Barba y Bello Pereyra (1751-1818) de la muy distinguida Casa de los Marqueses de Mortara y Ducado de Ciudad Real Grandes de España de Primera Clase, descendiente directa del conquistador Simón Solano y consanguínea de San Francisco Solano. Tuvo dos hermanas, María Josefa Rodríguez de Velasco (1779-1839) casada con el V Marqués de Uluapa Manuel Alejandro de Acevedo Cosío (1763-1810) y María Vicenta Rodríguez de Velasco (1783-1845) propietaria de minas en Tlalpujahua, casada con el español José Marín y Muros (1778-1833) quien fuera Administrador de Alcabalas en la Real Aduana de Valladolid de Michoacán en 1817. El 7 de septiembre de 1794 contrajo matrimonio con el militar José Jerónimo López de Peralta de Villar y Villamil y Primo, con quien tuvo cuatro hijos, Jerónimo Villar Villamil Rodríguez (1798-1861), María Josefa Villar Villamil Rodríguez (1795-1828) casada con el III Conde de Regla Pedro José María Romero de Terreros Rodríguez de Pedroso (1788-1846) firmante del Acta de Independencia del Imperio Mexicano; María Antonia Villar Villamil Rodríguez (1797-1864) casada con el V Marqués de San Miguel de Aguayo José María Valdivielso Vidal de Lorca (1787-1836) quien también firmó el Acta de Independencia de México en 1821; y María de la Paz Villar Villamil Rodríguez (1804-1828) casada con el II Marqués de Guadalupe Gallardo José María Rincón Gallardo Santos del Valle (1793-1877). Matrimonio que terminó en 1802 con una denuncia de intento de asesinato. De acuerdo con Rodríguez, López de Peralta la golpeaba e intentó asesinarla con un impacto de bala fallido. Por su parte, José Jerónimo la acusó de cometer adulterio con tres curas distinguidos, entre ellos su compadre, el sacerdote ilustre José Mariano Beristáin.
A sus 16 años conoció al científico Alexander Von Humboldt, con quien tuvo una fuerte amistad atribuyéndole una relación sentimental entre ambos, sin haber pruebas de la misma. Asimismo, un año más tarde mantuvo cercanía con el joven Simón Bolívar, con quien también se le vinculó sexualmente años después a quien conoció en un viaje en el buque San Ildefonso que iba hacia España, haciendo escala en Veracruz (México).
“De aquí nacen los primeros rumores de los adulterios de la Güera. Pero en los largos años el marido no pudo probar nada, y la evidencia más bien sugiere que ella fue una esposa sufrida y maltratada. De hecho, los parientes, amigos y colegas de Villamil tomaron partido por su esposa, quien afirmaban ser la inocente víctima de su carácter volátil y violento -y algunos hasta la habían encontrado “bañada en sangre” por las golpizas que él le daba-. Después de cuatro meses Villamil desistió en su demanda. En algún momento la pareja se reunió y el 12 de junio de 1805 nació su última hija. Pero el matrimonio había terminado pocos meses antes con la muerte del capitán.”[6]
Posteriormente, Rodríguez contrajo segundas nupcias con Juan Ignacio Briones Fernández (1753-1807) el 10 de febrero de 1807, un anciano de gran riqueza, quien murió meses después por destape de cobijas y del que tuvo una hija llamada Victoria Briones Rodríguez (1808-1809). En esa ocasión heredó una gran fortuna. Finalmente, el 5 de septiembre de 1825 se casó con el chileno Juan Manuel de Elizalde y Marticorena (1791-1870) quien fuera Diputado en el Congreso de la Unión por el Estado de México, Gobernador interino del Distrito Federal en 1826 y 1827, con quien vivió hasta su muerte. Tras la muerte de la Güera Rodríguez, Elizalde se dedicó al sacerdocio.
Falleció en la Ciudad de México el 1 de noviembre de 1850. Artemio de Valle Arizpe escribió una biografía novelada de su vida, La Güera Rodríguez (1949). La actriz mexicana Fanny Cano la representó en el cine en 1978, en una película también llamada La güera Rodríguez, dirigida por Felipe Cazals. Por la conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México en 2010, a cargo del actor y director Jorge Ortiz de Pinedo se realizó la obra teatral La Güera Rodríguez en el teatro Helénico de la Ciudad de México, representada por la actriz Chantal Andere. En 2020, Silvia Marina Arrom escribió una biografía documentada de su vida, La Güera Rodríguez, Mito y Mujer.
Importancia histórica
La participación de María Ignacia Rodríguez en la consumación de la Independencia de México ha sido un tema muy polémico. Según algunas fuentes apoyó a Agustín de Iturbide a que llevara a cabo el plan de libertad nacional del pueblo mexicano.[2][3] Artemio del Valle Arizpe argumenta «el día 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante hizo en México su vistosa entrada triunfal [...] La carrera que iba a seguir el Ejército Libertador sería desde la Tlaxpana por San Cosme, para pasar frente al palacio Virreinal, pero Iturbide desvió la columna por la calle de la Profesa en la que estaba la casa de doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, para que presenciara el desfile y lo viese a él muy arrogante al frente de sus tropas invictas».[4] Esto demostraba la relación entre Agustín y «La Güera», quien influenció, demasiado, la visión política del primer emperador de México.[4] Su trabajo no únicamente estuvo relacionado con la Independencia y el apoyo a los insurgentes, sino también por ser transgresora al deber femenino.[5]
Personalidad
María Ignacia estuvo llena de elogios por parte de algunos escritores como es el caso de Artemio de Valle Arizpe, quien la calificó como una «mujer extraordinaria por su buen parecer, su claro talento de fácil minerva, su gran riqueza y, además, su esplendoroso lujo».[4] Montserrat Galí i Boadella calificaba su personalidad como la «prototipo»;[6] la de una mujer «ilustrada y libertina».[6] Sin embargo, también aclaraba que era algo contradictoria; ya que «se valía por sí misma, buscaba la felicidad y practicaba costumbres que le proporcionaban cortejos y amantes».[6] Todo lo anterior era característico de una dama de aquella época.[6]
Relaciones Interpersonales
En sus años posteriores, María Ignacia, muy a menudo tuvo amantes y esposos. A través de la intercesión del virrey Juan Vicente de Güemes y del obispo, se casó con José Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil en septiembre de 1794,[7] quien más tarde la golpeó, acompañado de un impacto de bala que no atinó, razón por la cual ella lo acusó de intento de asesinato el 4 de julio de 1802.[8] José Jerónimo la acusó posteriormente de cometer adulterio con su compadre, el canónigo y doctor José Mariano Beristáin y Souza y solicitó la intervención de los tribunales de la Nueva España y la anulación del matrimonio,[8][9][2] aunque murió en 1805 antes de obtener el divorcio. De este matrimonio nacieron cuatro hijos.[8] Contrajo matrimonio por segunda ocasión con Mariano Briones, un acaudalado anciano, quien también murió unos meses más tarde, víctima de un enfriamiento por destape de cobijas, María Ignacia heredó su fortuna. Se casó nuevamente, esta vez con Manuel de Elizalde con quien permaneció hasta su muerte. Manuel de Elizalde a la muerte de María Ignacia abrazó la vida sacerdotal.[8][2][10]
María Ignacia apoyó la causa insurgente con su dinero y relaciones, siendo incluso acusada de herejía por defender la independencia y por haber mantenido trato con el cura Miguel Hidalgo y Costilla, y llevada ante el tribunal de la Santa Inquisición, el 22 de marzo de 1811, donde también le acusó Juan Sáenz de Mañozca, de inclinación al adulterio. Después de su audiencia el Virrey Francisco Javier de Lizana y Beaumont la exilió a Querétaro por un corto tiempo. Los cargos se levantaron por falta de pruebas, después de que María Ignacia argumentara en su defensa sacando a relucir la moralidad y orientación sexual del inquisidor.[3]
Tuvo una relación sentimental con Agustín de Iturbide, futuro emperador de México, sobre quien tuvo una gran influencia política.[3][2] Sus relaciones le permitieron tener acceso a documentos confidenciales de la época, como la carta que Fernando VII envió al virrey Apodaca en 1820, proponiéndole encontrar un hombre popular y con influencia sobre el ejército para que hiciera tratos con los insurgentes,[3][4] de la que se desprendían los principios del Plan de Iguala.[4] María Ignacia sugirió que Iturbide podría ser ese hombre.[4]
Entre sus admiradores se menciona al naturalista y explorador alemán Alexander von Humboldt, de quien se convirtió en admiradora y amiga, diciéndose inclusive que tuvieron una relación romántica.[8][11] Durante estos años, igualmente, se tienen datos de su participación en la inauguración de una Estatua ecuestre en honor a Carlos IV en la que estuvo acompañada por Humboldt. María, según Artemio de Valle Arizpe, vestía ropa galante y caminaba del brazo del barón.[12] Se dice que la imagen de la Dolorosa situada a la derecha del altar mayor de la iglesia de La Profesa, esculpida por el reconocido artista Manuel Tolsá, está basada en su imagen.[2] Asimismo, la pintura de la Inmaculada que se halla en la misma iglesia, en uno de los altares del costado derecho, podría haber sido inspirada por una de las hijas de la Güera.
Véase también
- Independencia de México.
- Primer Imperio Mexicano.
- Josefa Ortiz de Domínguez.
- Gertrudis Bocanegra.
- Leona Vicario.
- Rita Pérez Jiménez.
- Rafaela López Aguado de Rayón.
Referencias
- ↑ «La Güera Rodríguez, ¿la mujer que independizó México?». México Desconocido. 26 de mayo de 2020. Consultado el 10 de septiembre de 2021.
- ↑ a b c d e Cervantes, Erika (16 de febrero de 2010). «Hacedoras de la Historia: María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio». Cimac. Consultado el 24 de abril de 2010.
- ↑ a b c d Schober, Otto. «La reivindicación de “La Güera” Rodríguez». Zócalo Saltillo. Consultado el 24 de abril de 2010.
- ↑ a b c d e f Estrada Barrera, Enrique. «27 de Septiembre, Consumación de la Independencia». Periodistasenlinea.org. Consultado el 4 de mayo de 2010.
- ↑ Patricia Galeana. Lecciones de las mujeres de México del siglo XIX. Publicado en enero de 2007, edición no. 3. ISSN 1870-1442.
- ↑ a b c d Galí i Boadella, p. 55
- ↑ Galí i Boadella p 56
- ↑ a b c d e Mariana (María) Ignacia Rodríguez de Toro, "La Güera Rodríguez" (de Velasco y Osorio Barba) Archivado el 25 de noviembre de 2010 en Wayback Machine.
- ↑ Galí i Boadella, p 42
- ↑ «Güera Rodríguez, la Tolsá y la Virgen de los Dolores de la Profesa». Archivado desde el original el 12 de octubre de 2016. Consultado el 22 de mayo de 2015.
- ↑ Galí i Boadella p 43
- ↑ Artemio de Valle. La Güera Rodríguez. Edición No. 197.
Bibliografía
- Galí i Boadella, Montserrat (2002). Historias del bello sexo: la introducción del romanticismo en México. México: UNAM. ISBN 968-36-9644-9.
- «Rodríguez de Velasco y Osorio Barba, María Ignacia», Enciclopedia de México, vol. 12. México, 1987.