El Mohán es un personaje perteneciente a los mitos folclóricos de Colombia.[1] Se le describe como un ser humano, muy corpulento, con una abundante, larga y descuidada cabellera con la que cubre gran parte de su cuerpo. Otras veces cuentan que es un ser musgoso, de ojos brillantes y uñas largas y afiladas.[2] Según las leyendas, ronda en cavernas cercanas a quebradas, ríos o lagunas, se dice que el Mohán puede ser detectado en las noches cerca del río.[3] Su cara tosca y de fiera expresión, sus frecuentes griterías y risotadas, hacen del Mohán el terror de los que trabajan cerca de los ríos o en barcos, como pescadores, bogas y lavanderas.
Es uno de los personajes mitológicos más representativos de lo que anteriormente se conocía como Estado Soberano del Tolima (Colombia), que comprendía los territorios actuales de Tolima y Huila.
Características regionales
Las características del Mohán varían según las regiones: En Córdoba, un cerro ubicado en el municipio de Momil (Colombia), a la ciénaga grande (en la era precolombina sus orillas estaban pobladas por sinúes) la tradición le atribuye vida, personalidad propia y poderes sobrenaturales, de ahí frases como: "pero el gran Mohán no me deja".
En Cundinamarca, el Mohán es descrito como un hechicero que tuvo una visión de la llegada de los españoles y se refugió en un monte ,le creció una abundante cabellera, y se volvió El Mohán, sin embargo en algunos aspectos, su apariencia es diferente. Es descrito como un hombre gigantesco que fuma un tabaco, de ojos brillantes y rojizos con apariencia de llamas de fuego, boca grande, dientes de oro y tez quemada. Al momento de su aparición es juguetón, enamorado y serenatero, y se dedica a perseguir las jóvenes lavanderas. Algunos campesinos de la región dicen haberlo visto por el río Magdalena tocando guitarra o flauta.[4] Describen al Mohán con barba espesa y larga como la de un patriarca terrible que infunde autoridad y a la vez una sensación de malicia diabólica; afirman que para el Mohán las cuevas de oro son sagradas porque las considera su hogar y refugio.
En el municipio de La Mesa, el Mohán es conocido como el mismo Juan Díaz (inicial propietario de las tierras), y es considerado una deidad de las aguas, ríos, quebradas y riachuelos. Y también se la pasa vagando asustando en los ríos.
En el Tolima, el Mohán (o Poira) es uno de los mitos más importantes en este departamento,[5] siendo descrito como un hombre de piel y cabello oscuro siempre abundante. A causa de esta última característica algunos habitantes se refieren a este como un oso negro. En algunos municipios se dice que es de baja estatura, musculoso y de ojos y mirada vivaz. Según la tradición, este se transporta en balsa, fuma tabaco para espantar los insectos[6] y se transforma en ser humano para comprar aguardiente.
En cuanto a su temperamento es temido por huraño, huidizo, traicionero y bastante celoso con las andinas de esta región, además también se ha comentado que el Mohán frecuenta las salidas familiares y las ollas descuidadas al hacer las deposiciones en el sancocho.
El Mohán en la literatura
- El Mohán - John M3 Frame (2019)
Véase también
Referencias
- ↑ Mitos y leyendas indígenas de Colombia. Javier Ocampo Lopez (2013). ISBN 978-9581414161
- ↑ «Leyenda de El Mohán».
- ↑ «El Mohán».
- ↑ PARDO, Aristóbulo. Los Maestros y el Folklore. En: Revista Colombiana de Folklore. Bogotá. No.2. 1953.
- ↑ «Leyenda de El Mohán». Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Consultado el 10 de diciembre de 2023.
- ↑ «Mitos colombianos y leyendas cortas para niños». www.misenal.tv. Consultado el 10 de diciembre de 2023.