Durante una ceremonia tradicional celebrada en casa de su tía, la médica forense Adriana (Giovanna Mezzogiorno) es seducida por un atractivo joven, Andrea (Alessandro Borghi). Después de una noche de pasión, éste le pide que se reencuentren esa misma tarde, pero la decepciona al no presentarse a la cita. Al día siguiente, mientras está practicando una autopsia, Adriana descubre que el cadáver que está examinando pertenece a Andrea: alguien lo asesinó y le sacó los ojos. Por eso, decide indagar sobre el brutal homicidio y el pasado del joven; sin embargo, Luca, un doble de Andrea, aparece donde quiera que vaya, en una ciudad de Nápoles envuelta en el misterio.[1][2][3]