Peter Hurkos | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
21 de mayo de 1911 Dordrecht (Países Bajos) | |
Fallecimiento | 1 de junio de 1988 | (77 años)|
Sepultura | Cementerio Mount Sinai Memorial Park | |
Nacionalidad | Neerlandesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Psíquico | |
Pieter van der Hurk, más conocido como Peter Hurkos (Dordrecht, 21 de mayo de 1911 - Los Ángeles, 1 de junio de 1988), fue un pintor y autoproclamado clarividente neerlandés.
Pieter van der Hurk, un hombre corriente excepto por una protuberancia en su cráneo en la zona de la coronilla, fue miembro de la resistencia holandesa en la ocupación nazi, no fue apresado, pero en 1943 terminó trabajando como operario en el campo de concentración en Buchenwald donde sufrió una caída de un andamio que le tuvo tres días en coma. Lo increíble fue que cuando despertó en el hospital, notó haber adquirido un insólito don de percepción extrasensorial que antes no tenía: estando en la cama postrado, preguntó a su compañero de habitación (que lógicamente no conocía de nada) que por qué le robó el reloj de oro a su padre: El hombre inmediatamente pidió un cambio de habitación para alejarse de aquel tipo tan raro como peligroso.
A partir de aquí, empieza a “prever” hechos que iban a suceder o incluso identificar las verdaderas intenciones de ciertas personas, tanto que la resistencia holandesa le pide identificar un topo en sus filas y con sólo ver y tocar las fotos, dijo tener una imagen en su cabeza de ese individuo con un uniforme nazi. Efectivamente lo siguieron y era el topo buscado.
El caso que lo lanzó a la fama fue en el verano de 1955, cuando había muchos incendios en la zona, y estando él de paseo con un amigo le vino a la mente la imagen de una casa ardiendo donde vivía una familia llamada Janssen y denunció que la habían quemado con gasolina y cerillas, corriendo fue a la comisaría de policía a avisarles pero llegó tarde pues ésta ya había sido avisada, por lo que se convirtió inmediatamente en sospechoso, lo detuvieron cautelarmente hasta poder demostrar que él no había provocado el incendio. Para convencer a los policías, cerró los ojos y detalló lo que uno de los policías llevaba en su bolsillo, llegando incluso a decir la marca borrosa que tenía el pequeño lápiz que llevaba. Así convenció a la policía para que le llevaran a la escena del crimen y allí estuvo buscando objetos que le transmitieran vibraciones, cuando tocó el mango chamuscado de un destornillador, se atrevió a sentenciar que el incendiario era un chico adolescente, y tras ver fotos de adolescentes de la zona resultó señalar al hijo del hombre más rico de la ciudad, fueron a verle, y le dijo a la policía que el chico aún guardaba en el bolsillo la caja de cerillas con la que había prendido fuego a la casa, e incluso sabía que tenía rasguños en la pierna que coincidían con la cerca de alambre de la casa incendiada. Finalmente el muchacho terminó confesando el crimen y dijo que accedió a la casa forzando la puerta con un destornillador.
Este hecho lo lanzó a las primeras páginas de la prensa sensacionalista donde empezó resolviendo casos de personas desaparecidas y asesinatos. Llegó a solucionar 27 casos en 17 países. Se marchó a EE. UU. en 1956 invitado por la Dra. Andrija Puharich donde se sometió a un exhaustivo estudio científico en el Puharich’s Psychic Glen Cove, Maine, concluyendo que los poderes psíquicos eran demostrables empíricamente y no podían ser refutados, aunque tampoco explicados. Tras estas conclusiones la Universidad de California quiso también hacer lo mismo, a lo que Hurkos se negó y esto se le reprochó de por vida.
Tanto seguimiento mediático tuvo, que se dedicó durante varios años a participar en actuaciones televisivas de todo el mundo donde adivinaba detalles de la vida privada a los espectadores, aunque se le increpó porque usaba las mismas fórmulas de inducción que usan los falsos adivinadores.
Esta fama paradójicamente inició su declive pues le obligó a ayudar a resolver el famosísimo caso del estrangulador de Boston: para convencer a la policía le pusieron en la mesa fotografías bocabajo con detalles de las víctimas, él las describió sin darles la vuelta. Dio a la policía datos de las víctimas que aún no habían sido publicados (le atribuyeron un compinche dentro de la policía que le filtraba dicha información, pero esto nunca se pudo probar).
Peter Hurkos (nombre que adoptó en EE. UU.) se atrevió a describir el perfil del asesino del Estrangulador de Boston: 55-60 kg, 1.70m, nariz aguileña, fetichista obsesionado con los zapatos, cicatriz en el brazo izquierdo, un dedo de la mano deformado, etc, por lo que la policía arrestó a un tipo Thomas O'Brian que coincidía exactamente con ese perfil (estadísticamente podía ser uno entre 1.875.000 individuos) y que además sufría desórdenes psíquicos y que era un vendedor ambulante de zapatos, pero nunca se pudo demostrar que este tipo era el verdadero asesino. Posteriormente arrestaron a Albert DeSalvo (inculpado por otros asesinatos y delitos), que oficialmente se ha mantenido desde entonces como el único asesino hasta que en 2001 se hicieron pruebas de ADN a los restos de De Salvo y no coincidían en nada con el semen que encontraron en una de las víctimas[1]
Lo cierto es que Peter Hurkos siempre sostuvo que Thomas O'Brian (nombre falso puesto por la policía para proteger la identidad del sospechoso) era el verdadero asesino. Unos años más tarde de esta sentencia se empezaron a crear los perfiles psicológicos de los asesinos en serie, cuando se usó por primera vez este término, pero paradójicamente, De Salvo no coincidía para nada con el perfil, y sí O'Brian.
Este hecho hizo que Hurkos perdiera toda credibilidad ya que fue un caso que dio la vuelta al mundo. Desde entonces Hurkos perdió la confianza en sí mismo y unos meses más tarde cometió un error importante con el asesinato mediático de Sharon Tate, desde entonces no se aventuró a usar sus poderes, reconociendo públicamente que los había perdido con la misma facilidad con que le fueron dados.
Conclusión: A Hurkos se le otorgó la condecoración más alta en Holanda por la reina Juliana, se convirtió en el primer detective psíquico reconocido oficialmente. Tuvo mucha amistad con militares de alto rango y presidentes norteamericanos, desde Eisenhower a Reagan, y el Papa Pio XII dijo “espero que use su don para la mejora de la humanidad, úselo para ayudar a la gente de bien”.
Tuviera o no poderes extrasensoriales, hizo un bien a la sociedad, aunque tuvo muchos detractores, desde ilusionistas de prestigio de la época, que por celo profesional no aceptaban su éxito, hasta la propia policía, por conflictos de jurisdicción, ya que Hurkos era invitado por la INTERPOL o FBI, refutando y desbaratando conclusiones de las diferentes policías locales, como fue el caso de la Piedra Scone del tesoro real británico. Fue tan conocido que era más temido que alabado, le achacaron que presentaba unas facturas de gastos altas (hay que decir que sus honorarios no eran exagerados) y aunque era un tipo abierto nunca alardeó o sobrevaloró su virtud más allá de las muestras empíricas que presentaba. De hecho se retiró discretamente cuando cometió un error importante, teniendo en cuenta que ya era afamado y no necesitaba exponer su supuesto don a más pruebas de fe. Participó en varias películas, algunas interpretándose a sí mismo.