Una playa gay es una playa, o parte de una playa, conocida como lugar de sociabilidad homosexual, preferentemente masculina. También se utiliza el nombre de "playa homosexual", dado que también existen algunas playas lésbicas.

La playa gay no está indicada como tal mediante señalización: son lugares donde los gays se encuentran y se reúnen de forma espontánea. Estos lugares fueron creados a través de canales comunitarios de discusión como prensa escrita, internet y lugares comunitarios.^[1]​

El término "playa gay" a veces se refiere a una porción de playa: por ejemplo, la playa de Berck, en Francia, se compone de varios espacios, algunos con uso obligatorio de vestimenta, algunos naturistas y, entre ellos, algunos mixtos y otros gay.^[1]​

Las playas gay suelen ser también playas nudistas; sin embargo, existe un rechazo específico a la ocupación homosexual por parte de la comunidad nudista, que busca presentarse como mixta y no sexualizada.^[1]​ A pesar de esto, la playa también está fuertemente investida de la cultura gay con un poder erótico; es el lugar donde uno puede desnudarse y así inventar otras normas sociales. Desnudarse literalmente es también una forma simbólica de no esconderse más, es decir, de vivir abiertamente la propia homosexualidad; por ello, todas las portadas de la Spartacus International Gay Guide muestran a hombres homosexuales en la playa.^[1]​

Una de las playas gay más antiguas es la Playa del Hombre Muerto en Sitges (España), frecuentada por hombres homosexuales, principalmente españoles e ingleses, desde los años 1930; su distancia del centro de la ciudad lo convierte en un lugar protegido de la mirada heterosexual. Este también fue frecuentado durante la época franquista, y la Guardia Civil hacía la vista gorda ante los desnudos, ilegales en la época, que se practicaban allí.^[1]​

Otras playas, por el contrario, sólo son lugares de encuentro si no son descubiertas: es el caso, por ejemplo, de Turquía, donde la playa gay sólo existe mientras no intervenga una patrulla policial.^[1]​

Además de la propia playa, se utilizan otros espacios, en particular para las relaciones sexuales: es el caso, por ejemplo, de las dunas, en particular la de Pilat, en Francia, pero también de lugares en desuso cerca de la costa o de las granjas de mejillones.^[1]​

Estas playas están presentes en varias zonas litorales tradicionalmente turísticas:^[1]​ así, durante los años 1970, muchas playas se convirtieron en playas gay, como la isla de Levant en Francia, la isla de Sylt en Alemania, Ibiza en las Islas Baleares, y Mykonos en las Cícladas griegas.^[2]​

Algunas playas gay, tanto reconocidas oficialmente como aquellas que son consideradas como punto de encuentro entre homosexuales, son:

• Brasil
  • Ipanema (Río de Janeiro)^[3]​
  • Praia Mole (Florianópolis)
• Chile
  • Balsa Quelhue (Pucón)^[4]​^[5]​
• España
  • Playa de Es Cavallet (Ibiza)^[6]​
  • Playa de Es Trenc (Mallorca)^[7]​
  • Playa del Hombre Muerto (Sitges)
  • Playa del Inglés (Maspalomas, Gran Canaria)
  • Playa del Bajondillo y Playa de Guadalmar (Torremolinos)
  • Playa de Pinedo (Valencia)
  • Playa del Rebollo (Guardamar del Segura, Alicante)
  • Playa de Liencres (Cantabria)
• México
  • Playa Los Muertos (Puerto Vallarta)^[8]​
• Perú
  • Playa de Pampachica (Iquitos)^[9]​
• Portugal
  • Praia 19 (Costa de Caparica)^[10]​

El cuadro Pescadores bañándose en la Gruta Azul de Capri («Badende Fischerknaben in der Blauen Grotte bei Capri»), conservado en el Schwules Museum de Berlín, es una representación típica de una playa gay: de un lado, hombres, desnudos o vestidos, frecuentan la playa; por el otro, una pareja se ubica en un espacio cerrado y protegido, en una representación simbólica de la sexualidad.^[1]​ El estilo, neoclásico, hace referencia a la Antigüedad y más particularmente a su asociación con la cultura LGBT.^[1]​

En 2008, los franceses Emmanuel Jaurand y Stéphane Leroy escribieron conjuntamente un artículo en el que señalaban que “la inversión emocional de los gays en relación con la costa, al menos como decoración o lugar de vacaciones, es tanto más sorprendente cuanto que se expresa continuamente en las representaciones producidas por artistas homosexuales desde el siglo XIX".^[11]​

Las únicas playas lésbicas, en el sentido de no mixtas, son las de Lesbos, en Grecia.^[12]​ Esto se debe en parte al escaso atractivo de la playa para el público lésbico: las lesbianas prefieren las montañas o el campo como destino turístico, y frecuentan principalmente las playas fuera de la temporada turística, en otoño o primavera. La baja asistencia permite así a las parejas de lesbianas permitirse muestras públicas de afecto, ser visibles en los espacios públicos, porque pocas miradas se posan sobre ellas. Para quienes frecuentan la playa, el naturismo no es un criterio, o más bien es negativo: lo que se busca es más bien la tranquilidad, la disponibilidad de actividades deportivas y los paisajes.^[12]​

Esta aspiración de tranquilidad puede explicarse porque el posicionamiento de género es más significativo que el posicionamiento de orientación sexual con respecto a la ocupación del espacio público por parte de las lesbianas: al igual que otras mujeres, perciben el lugar público como un lugar asociado con sentimientos de inseguridad, particularmente miedo a la violación.^[13]​

Por otra parte, la existencia de lugares diferenciados por sexos en general no se considera necesariamente deseable: son las lesbianas que ya tienen una práctica política de vivir en un solo sexo fuera de sus vacaciones las que querrían beneficiarse de ello para poder ser capaces de escapar del heterosexismo, mientras que aquellos que buscan integración y aceptación social perciben la no mezcla como una autoexclusión.^[12]​ Sin embargo, todos consideran que la existencia de lugares lésbicos contribuye a la lucha contra la invisibilidad de las lesbianas.^[12]​

Durante el Dyke Beach Day, organizado en 2012 en Cancale (Francia), muchas lesbianas informaron de dificultades para desvestirse delante de otras personas, incluidas aquellas que no tienen problemas para ir en topless en situaciones más privadas; esta dificultad es aún más marcada para las lesbianas masculinas, butch o no binarias, para quienes la mirada de los demás es feminizante.^[12]​

• Cancaneo homosexual
• Cultura LGBT
• Homosocialización
• Nudismo gay
• Turismo LGBT

• Emmanuel Jaurand; Stéphane Leroy (30 de mayo de 2008). «A la recherche du paradis perdu. Pratiques et représentations du littoral des touristes gays». HAL (en francés). p. 16. 

• Esta obra contiene una traducción derivada de «Plage homosexuelle» de Wikipedia en francés, publicada por sus editores bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.