La Ribera de Curtidores (denominada antiguamente como calle de las Tenerías) es una calle de Madrid conocida por ser la vía principal de El Rastro, el más famoso mercado al aire libre de la capital de España.[1] Desciende desde la plaza de Cascorro hasta el paseo de las Acacias. Su topónimo proviene de las curtiembres, también llamadas curtiderías o tenerías, que se instalaron en todo su recorrido, aprovechando la cercanía de diferentes mataderos (entre ellos, la desaparecida Casa Matadero del Cerrillo del Rastro, que se encontraba en la plaza del General Vara de Rey).[2]
Historia
Hasta finales del siglo XV el antiguo gremio de curtidores estuvo ubicado en los Caños del Peral, en la actual plaza de Isabel II. En 1495 los Reyes Católicos promovieron su traslado tanto a la Ribera de Curtidores como a la Cuesta de san Lázaro, situada, esta última, en las proximidades de la Cuesta de la Vega.
La Ribera de Curtidores corre casi paralela a la calle de Toledo, desde donde entraba el ganado a través la puerta homónima con destino a los mataderos. El sacrificio de los animales generaba como subproducto una gran cantidad de pieles, que se transformaban en cuero mediante el curtido de las mismas.[1]
La calle aparece citada en el año 1635 con el nombre de las Tenerías, establecimientos dedicados a la fabricación y comercialización del cuero, que estuvieron funcionando en la zona hasta comienzos del siglo XX. Además de este gremio, hubo otros muchos que optaron por asentarse en el entorno de la Ribera de Curtidores, tales como ropavejeros, fabricantes de zapatos y, desde el siglo XIX, anticuarios y almonedas, que se encuentran en el origen del mercado del Rastro.
En las primeras décadas del siglo XX, la vía fue objeto de importantes reformas urbanísticas. La desaparición del llamado Tapón del Rastro, una manzana de edificios existente en su parte más alta, facilitó su conexión directa con la Plaza de Cascorro, por entonces llamada de Nicolás Salmerón.[3] Posteriormente fueron expropiados los bazares de las Américas del Rastro, que habían surgido a finales del siglo XIX en la parte baja, lo que abrió la calle a la Ronda de Toledo e hizo posible su prolongación hasta el Paseo de las Acacias.
Entre los edificios de mayor interés de la calle, hay que destacar la Escuela Mayor de Danza (1932-35), de estilo neobarroco, una obra del arquitecto Francisco Javier Ferrero, así como las Galerías Piquer (1950), proyectadas por José de Azpiroz y Azpiroz.
Cultura popular
La calle se encuentra muy arraigada en la cultura castiza[4] madrileña, por ser el eje que vertebra el Rastro. Así, sirve de escenario a algunas zarzuelas del siglo XIX, caso de Agua, azucarillos y aguardiente (libreto de Miguel Ramos Carrión y música de Federico Chueca).
Referencias literarias
Es mencionada en La horda (1905) de Vicente Blasco Ibáñez: "La madre de Maltrana tenía dos hermanos, antiguos traperos de Bellasvistas, que habían acabado por establecerse en el Rastro. Uno colocaba su puesto en la Ribera de Curtidores, dedicándose a la especialidad de armas y viejos instrumentos de música, que arreglaba con maestría extraordinaria. Otro era el grande hombre de la familia; todos hablaban de él con respeto, a causa de su riqueza. Había hecho buenos negocios; apenas sabía pintar su firma, pero se las echaba de anticuario, y tenía su tienda en el patio de las Américas viejas. ".[5]
Referencias
- ↑ a b Nieto Sánchez, José Antonio (2003). Editorial Visión Libros, ed. Historia Del Rastro, la forja de un símbolo de Madrid, 1905-1936 II (primera edición). Madrid. ISBN 978-84-9821-869-5.
- ↑ López Gómez, Antonio (2001), Madrid: estudios de geografía histórica, Madrid
- ↑ Santamaría Alonso, Carmen (2006), Balcones, caminos y glorietas de Madrid: escenas y escenarios de ayer y de hoy, Sílex Ediciones, Biblioteca de Madrid
- ↑ https://caminandopormadrid.com/ribera-de-curtidores-n-3
- ↑ file:///C:/Users/Abraham/Documents/Libros/la-horda.pdf
Enlaces externos
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