En el marco de la mitología hinduista, Shuna Shepa era un rishi (sabio vidente).
- śunaśepa, en el sistema AITS (alfabeto internacional de transliteración sánscrita).[1]
- शुनशेप, en escritura devanagari del sánscrito.[1]
- Pronunciación: /shúna shépa/.[1]
- Etimología: significa ‘el que tiene cola de perro’, siendo shuna: ‘perro’ y shepa: ‘pene, cola’.[1]
También se le llama con el patronímico Ayigarti (‘hijo de Ayígarta’).
Se lo considera autor de los himnos 1.24-30, y 9.3 del Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.).
Leyenda
Según el Aitareia-bráhmana (7.13-18), el rey Jarischandra (cuyo sacerdote era Vishuá-Mitra) no podía tener hijos, lo cual era considerado una terrible vergüenza. Entonces hizo un voto para obtener un hijo que luego sacrificaría al dios Váruna. Entonces tuvo un hijo, y lo llamó Rójita. Pero cuando pasaron los años, el rey Jariśchandra comenzó a poner pretextos para no matar a su hijo. Cuando finalmente consintió en cometer el asesinato ritual, su hijo se negó a ser objeto de sacrificio y se escapó a los bosques. El joven príncipe pasó seis años sin encontrarse a nadie, hasta que halló una ermita de un pobre brahmán y rishi (sabio vidente) llamado Ayígarta, que tenía tres hijos. El príncipe Rójita le dio al santo bráhmana cien vacas a cambio del hijo del medio, llamado Shuna Shepa. La compra y venta de shudrás (la cuarta y última casta, de los esclavos) era usual en la India hasta la invasión inglesa (siglo XVIII d. C.). El dios Váruna aceptó a este niño como sacrificio humano. Cuando estaba a punto de ser asesinado, Shuna Shepa recitó varios versos alabando a varios dioses, por lo que se salvó del sacrificio. Visuá-Mitra, que era el sacerdote jotri de ese sacrificio, lo aceptó como uno de sus hijos, cambiándole el nombre a Deva Rata (‘dado por los devás’).
Variante de la leyenda
El Ramaiana contradice esta leyenda.[2]
Quien pedía el sacrificio era Ambarisha, rey de Aiodhiá, y la víctima humana fue robada por el dios Indra. El rey empezó a deambular de país en país, buscando tanto a la víctima real como a algún sustituto humano, hasta que se encontró con un santo brahmán llamado Richika, a quien el rey le compró su hijo del medio (llamado Shuna Shepa, para matarlo. Cuando iba a ser asesinado en medio del iagñá (‘sacrificio de fuego’), Visuá-Mitra lo salvó, al enseñarle una oración al dios Agní y dos himnos a los dioses Indra y Visnú.
Notas
- ↑ a b c d Según el británico Monier Monier-Williams (1819-1899), en su Sanskrit-English Dictionary.
- ↑ Según el Ramaiana (1.61.62), citado en el Sanskrit-English Dictionary del británico Monier Monier-Williams (1819-1899).