La toma de Vigo y Pontevedra (octubre de 1719) fue una victoria británica al mando de lord Cobham,[2] cuando su expedición desembarcó en las costas españolas y ocupó durante diez días las ciudades de Vigo y Pontevedra antes de su retirada, como parte de la guerra de la Cuádruple Alianza.[3]
La expedición fue enviada como respuesta a la ayuda española a los jacobitas, a los que España apoyó, enviando tropas a Escocia que fueron derrotadas en la batalla de Glenshiel.[4] La expedición también tenía como objetivo demostrar a los españoles que las fuerzas aliadas podían atacar sin problemas sus vulnerables costas sin apenas dificultad, cosa que fue conseguida con un simultáneo asalto francés en el este de España,[5] intentando así que esto forzara con los españoles un empate militar. Este golpe causó un limitado efecto en las autoridades españolas, que hizo ver a estas, lo vulnerables que eran ante un desembarco aliado, cosa que se agravaría con un nuevo frente abierto en la frontera francesa.[6]